Desde la Juventud Comunista de Burgos seguimos insistiendo, de una manera alta y clara, en la necesidad imperante de una nueva HUELGA GENERAL, que sea impulsada por la clase trabajadora en su conjunto, y sea secundada y apoyada también por el estudiantado, las y los autónomos y el pequeño comercio. Al fin y al cabo, de todos aquellos y aquellas que están sufriendo en sus carnes una crisis que no provocaron pero que sí padecen, y en el que la juventud tenga un papel protagonista, porque es a ella a quien más perjudican y afectan en el presente y futuro estos recortes.
Cinco Razones para otra Huelga General:
1. Para que no se recorten gastos en servicios públicos. Los tijeretazos en la Sanidad , en la Educación y en los servicios sociales que se están llevando a cabo en todo el Estado deben frenarse si no queremos que el problema vaya a más. Si no salimos a la calle y no somos capaces de dar un golpe en la mesa para frenar esto, el sistema público que conquistamos con gran esfuerzo será desmantelado para dejárselo en bandeja a las grandes corporaciones.
2. Para que se deroguen las leyes reaccionarias que suponen un paso atrás en los derechos de los y las trabajadoras. Debemos exigir que la Reforma Laboral, la Reforma de la Negociación Colectiva, la modificación constitucional y tantas otras leyes y decretos perjudiciales sean derogadas de manera inmediata por atentar contra los derechos más básicos de la totalidad de la clase trabajadora. La aprobación de estos conjuntos de medidas viene instigada por la oligarquía financiera que controla la economía en la Unión Europea y a nivel mundial, por lo que de hecho supone un atentado a la libertad de los pueblos del Estado, que no han participado ni han sido consultados acerca de la instauración de estas normativas que , por otra parte, ya se están mostrando ineficientes.
3. Por la mejora de nuestras condiciones laborales y de vida. La juventud no podemos caer en la lógica de la simple resistencia, debemos darle la vuelta a la tortilla y pasar a la ofensiva. Ya es hora no sólo de que recuperemos derechos que nos han sido arrebatados, sino que es indispensable que demos un paso al frente para luchar por unas condiciones de vida mejores a las que tenemos, y eso debemos hacérselo saber a los que ostentan el poder económico –y por tanto político- en nuestro país. El aumento de salarios, la reducción de la jornada laboral y la prohibición de los despidos improcedentes son sólo unos ejemplos de lo que podemos conseguir si luchamos unidos.
4. Porque los pueblos de Europa nos los reclaman. Mientras que en países como Francia, Grecia o Italia las movilizaciones y las huelgas están a la orden del día, nosotros y nosotras seguimos a la cola en cuanto a paros totales y a lucha obrera contra el régimen y sus lacayos. Ya es hora de seguir los pasos de los grandes movimientos combativos que existen en Europa y convocar una Huelga General que frene las intenciones de los Gobiernos regionales y Estatal de pasar, rendidos a la lógica neoliberal, de manos públicas a manos privadas la gestión del Estado, de todos sus aparatos y de los mecanismos de protección social.
5. Para que la crisis la paguen los capitalistas. Mientras que la clase obrera sufrimos paro, pobreza, abandono y recortes, los grandes empresarios y empresarias siguen pagando unos impuestos irrisorios, y se les sigue facilitando la destrucción de puestos de trabajo y el fomento de los contratos basura. Aunque a nosotros y nosotras nos expolian, a los capitalistas, a los políticos corruptos, a la Monarquía y a la Iglesia les siguen regalando el dinero de nuestros impuestos. Si ellos han provocado la crisis por su voracidad y su avaricia, ellos deben ser quienes sufran las consecuencias.
1. Para que no se recorten gastos en servicios públicos. Los tijeretazos en la Sanidad , en la Educación y en los servicios sociales que se están llevando a cabo en todo el Estado deben frenarse si no queremos que el problema vaya a más. Si no salimos a la calle y no somos capaces de dar un golpe en la mesa para frenar esto, el sistema público que conquistamos con gran esfuerzo será desmantelado para dejárselo en bandeja a las grandes corporaciones.
2. Para que se deroguen las leyes reaccionarias que suponen un paso atrás en los derechos de los y las trabajadoras. Debemos exigir que la Reforma Laboral, la Reforma de la Negociación Colectiva, la modificación constitucional y tantas otras leyes y decretos perjudiciales sean derogadas de manera inmediata por atentar contra los derechos más básicos de la totalidad de la clase trabajadora. La aprobación de estos conjuntos de medidas viene instigada por la oligarquía financiera que controla la economía en la Unión Europea y a nivel mundial, por lo que de hecho supone un atentado a la libertad de los pueblos del Estado, que no han participado ni han sido consultados acerca de la instauración de estas normativas que , por otra parte, ya se están mostrando ineficientes.
3. Por la mejora de nuestras condiciones laborales y de vida. La juventud no podemos caer en la lógica de la simple resistencia, debemos darle la vuelta a la tortilla y pasar a la ofensiva. Ya es hora no sólo de que recuperemos derechos que nos han sido arrebatados, sino que es indispensable que demos un paso al frente para luchar por unas condiciones de vida mejores a las que tenemos, y eso debemos hacérselo saber a los que ostentan el poder económico –y por tanto político- en nuestro país. El aumento de salarios, la reducción de la jornada laboral y la prohibición de los despidos improcedentes son sólo unos ejemplos de lo que podemos conseguir si luchamos unidos.
4. Porque los pueblos de Europa nos los reclaman. Mientras que en países como Francia, Grecia o Italia las movilizaciones y las huelgas están a la orden del día, nosotros y nosotras seguimos a la cola en cuanto a paros totales y a lucha obrera contra el régimen y sus lacayos. Ya es hora de seguir los pasos de los grandes movimientos combativos que existen en Europa y convocar una Huelga General que frene las intenciones de los Gobiernos regionales y Estatal de pasar, rendidos a la lógica neoliberal, de manos públicas a manos privadas la gestión del Estado, de todos sus aparatos y de los mecanismos de protección social.
5. Para que la crisis la paguen los capitalistas. Mientras que la clase obrera sufrimos paro, pobreza, abandono y recortes, los grandes empresarios y empresarias siguen pagando unos impuestos irrisorios, y se les sigue facilitando la destrucción de puestos de trabajo y el fomento de los contratos basura. Aunque a nosotros y nosotras nos expolian, a los capitalistas, a los políticos corruptos, a la Monarquía y a la Iglesia les siguen regalando el dinero de nuestros impuestos. Si ellos han provocado la crisis por su voracidad y su avaricia, ellos deben ser quienes sufran las consecuencias.
¡HACE FALTA YA OTRA HUELGA GENERAL!