Desde
la Juventud Comunista denunciamos las tres nuevas agresiones fascistas
que se han producido en Castilla y León la última semana contra
militantes de nuestra organización. Tres agresiones que se suman a la
escalada de violencia fascista que llevamos padeciendo en los últimos
tiempos tanto en Castilla y León como en el resto del Estado, y que
responde a un Régimen en crisis que recurre al fascismo como arma de
represión de la clase trabajadora organizada y en lucha por sus
derechos.
La
violencia fascista comenzó en Aranda de Duero, donde miembros del grupo
fascista Respuesta Estudiantil hicieron aparición en una manifestación
de la Escuela Pública con el ánimo de boicotearla, produciéndose una
situación tensa que por poco fortuna no llegó a la violencia física.
Tras la manifestación se han sucedido las amenazas en las redes sociales
contra militantes de nuestra organización y simpatizantes.
La
siguiente agresión se produjo el viernes, cuando a la salida de un acto
en la sede del PCE en León un grupo de conocidos nazis de la ciudad
increparon a algunos de los asistentes cuando se marchaban. Finalmente,
uno de ellos, muy joven pero con un amplio historial de acciones
violentas en el pasado, agredió a uno de nuestros militantes, tras lo
cual se marchó. Afortunadamente, nuestro camarada no ha sido herido de
gravedad.
Finalmente
el sábado, tras terminar la manifestación republicana en Burgos, un
militante de nuestra organización se vio perseguido por tres fascistas
que le atraparon y le golpearon. Nuestro camarada pudo zafarse y tampoco
ha recibido graves daños.
Lejos
de amedrentar a nuestra militancia, con estos ataques y los anteriores
lo que están consiguiendo es aumentar nuestra consciencia de la
necesidad de potenciar un fuerte movimiento antifascista de amplia base
popular. El fascismo es el brazo terrorista de un capital que ve
peligrar su posición, y hoy más que nunca es necesaria la unidad de
estudiantes, trabajadores/as y vecinos/as para combatirlo.
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