En el marco de la crisis
estructural del capitalismo los gestores políticos de la oligarquía pretenden
cargar en los hombros de la clase trabajadora las consecuencias de un problema
que no han creado. Así comprobamos que mientras inyectan miles de millones de
euros a la banca privada o al sector empresarial del automóvil y la construcción cada vez son más los recortes en materia
de derechos sociales y laborales hacia las mayorías trabajadoras.
Si hace meses los gobiernos del
PP, PSOE y CiU en Castilla-La Mancha, Madrid, Andalucía o Cataluña se erigían
como el motor de propulsión de los recortes y progresivo desmantelamiento de la
enseñanza pública en todo el Estado español, este comienzo de año nos ha traído
de la mano de la Consejería de Educación de Castilla y León una batería de
medidas que afectarán directamente a las
condiciones laborales de la comunidad educativa y a la calidad del servicio
docente y que atacan directamente a
la línea roja: el empleo. Estas medidas han sido tomadas de forma
unilateral por el gobierno de Herrera, sin negociación de ningún tipo con los
sindicatos.
La jornada laboral volverá a ser de 37.5 horas lo que no sólo
implica que el profesorado trabajará más horas y cobrará menos sino que además
afectará a los interinos los cuales dispondrán
de menos plazas, 560 en primaria y 700 en secundaria. Esta medida se une a
la reducción de retribuciones al
personal interino que no tenga contrato por curso completo dejando de
cobrar los meses de julio y agosto, a la congelación
salarial orquestada desde el Gobierno Central y a la congelación de la Oferta de Empleo Público en Castilla y León. La
Federación de Enseñanza de CCOO en León señala que “de no haber oferta de
empleo para el próximo curso podemos situarnos de nuevo en un 20% de interinos
(mientras el último acuerdo de la Mesa Sectorial fijaba el porcentaje en el 5%)
con lo que esto supone para la estabilidad del empleo”.
Además hay que destacar otros recortes que atacan directamente la calidad
educativa y los derechos de los alumnos como los continuos recortes de
hasta el 50% en los presupuestos para gastos generales de los centros
educativos o la demora en las sustituciones por bajas laborales de hasta un
mes.
Mientras tanto no conocemos medida alguna que recorte las
millonarias ayudas a la educación privada, mayoritariamente de marcado carácter
católico. Por todo ello, desde la Juventud Comunista en Castilla y León
animamos a la comunidad educativa, a los estudiantes y al profesorado en
particular a comenzar un ciclo sostenido
de movilización que consiga frenar el progresivo desmantelamiento de la
educación pública y que unido a otras movilizaciones obreras, estudiantiles y
populares nos conduzca hacia una nueva Huelga General.
Sólo a través de la
lucha en la calle y en los centros de trabajo las mayorías trabajadoras
conseguirán salir de la crisis del capital en condiciones de mejoría hacia sus
derechos.
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