Ayer, 5 de marzo se cumplió
un año desde el trágico fallecimiento de Hugo Rafael Chávez Frías. Un
año en el que su legado ha permanecido vivo y latente en cada una de las
luchas que se han desarrollado a lo largo y ancho del planeta, con
particularidad importancia en Venezuela y América Latina.
Un año desde que nos
sumáramos al clamor mundial de pésame y apoyo al pueblo venezolano en su
pérdida, clamor que llegó de cada punta del continente, de sitios como
Palestina, Sáhara, Haití y de otros tantos sitios que viven con crudeza
los ataques del imperialismo y que recibieron el apoyo y la solidaridad
de la revolución bolivariana comandada por Hugo Chávez.
Un año desde que el
pueblo venezolano al frente de su revolución demostrara que era falso el
argumento de los voceros del imperialismo y la oligarquía venezolana,
de que la Revolución no sobreviviría a líder histórico, de que las
fuerzas bolivarianas se disgregarían y entrarían en conflicto entre
ellas por el reparto de poder, de que el pueblo y el ejército no
confiarían en alguien que no sea Chávez.
Un año después, la
Revolución Bolivariana ha demostrado, a pesar de dificultades y
contradicciones, ser un sólido proyecto histórico de transformación
social revolucionaria apoyado por una gran mayoría del pueblo
venezolano. Es precisamente el apoyo popular de la clase trabajadora, el
estudiantado y campesinado venezolano la que sostiene el proceso y que
debe estar, de manera organizada, a la vanguardia de la necesaria
profundización que necesita afrontar la Revolución Bolivariana, a fin de
poder culminar el proceso iniciado hace más de una década, la
construcción del socialismo.
Mientras tanto, la
oligarquía venezolana, en alianza con el imperialismo, conscientes de la
solidez del proceso, evidenciada una vez más en las elecciones
regionales de diciembre del 2013, no solo continua en su estrategia
desestabilizadora y golpista, sino que ha radicalizado sus posiciones
tratando de llevar al país a una confrontación mucho mayor, desatando
algaradas violentas por todo el país que ya han constado decenas de
muertos.
Por todo esto un año
después, desde la Unión de Juventudes Comunistas de España nos
reafirmamos nuevamente en que “los que mueren por la vida no pueden
llamarse muertos” y que la semilla plantada por Hugo Chávez hoy sigue
floreciendo, más viva y vigente que nunca en Venezuela y en el mundo.
Con su ejemplo vivo confiamos en que Venezuela sabrá detener la intentona fascista de la oligarquía.
Con su ejemplo vivo
continuamos los revolucionarios del mundo, la lucha contra el
imperialismo, el capitalismo y toda forma de opresión.
Hugo Rafael Chávez Frías
¡Presente!
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