Desde
la UJCE, con motivo de la celebración del Día de las luchas
Campesinas el próximo 17 de abril, ratificamos nuestro compromiso y
apoyo a las asalariadas agrarias y a las pequeñas productoras. Vía
Campesina escogió esta fecha como el día de acción y mobilización
global en defensa de las luchas campesinas que garanticen una vida
digna en el campo. Por esto, este año se centran especialmente en la
visibilización y denuncia de la criminalización de la protesta, así
como de la persecución y de la violencia a la que se ve sometido el
campesinado por parte de los monopolios que intentan imponer su
modelo neoliberal. Especialmente grave es la situación de las y los
agricultores de los países menos desarrollados donde, la
implantación de estos monopolios es más fuerte e los ataques contra
el campesinado se recrudecen mucho más, hasta el punto de financiar
guerras solo con el fin de garantizar sus beneficios y empeorar la
vida de la clase trabajadora.
Además,
en el Estado español cada vez se la situación de las trabajadoras
del rural es más precaria, a pesar de que de un modo más sutil.
Mediante la PAC, la Unión Europea se asegura de instaurar una total
desregularización del mercado, favoreciendo a las grandes
burguesías y terratenientes y condenando a la desaparición a las
pequeñas producciones. El ejemplo más reciente de estos intentos es
la eliminación del sistema de cuota láctea, en el que la patronal
pactó el empeoramiento de las condiciones laborales de las
ganaderas. Para la UJCE es necesaria una planificación desde el
Estado que atienda a los intereses y capacidades de la clase
trabajadora y de nuestro territorio, factores que no se tienen en
cuenta en los dictados supranacionales que favoreces a las grandes
empresas como Freixenet o Casa de Alba. Y es en las grandes empresas
donde se propone un control mundial de la producción por medio del
nuevo proyecto destructivo de el neoliberalismo: la
transnacionalización, contemplada en los tratados de Libre Comercio,
como el TTIP entre os Estados Unidos y Europa o los del pacífico,
que las multinacionales fuerzan a firmar. Las consecuencias de la
aplicación de estos tratados supondría la pérdida de soberanía de
los Estados en favor de unas multinacionales que, a través del ISDS
(arbitraje de diferencias Estado-inversos), pueden iniciar un
procedimiento judicial contra aquellos.
Cabe
recordar que las luchas agrarias supusieron, en el Estado español,
grandes avances en la lucha contra los poderes autárquicos y
latifundistas que gobiernan nuestro rural, especialmente desde
principios el siglo XX. La UJCE hace suyas las reivindicaciones del
campesinado en la lucha organizada contra el capitalismo, por la cual
sin materializarse, los pueblos no podrían conseguir una soberanía
alimentaria que ponga fin al dominio de las multinacionales.
Ayer
como hoy, la lucha sigue,
vivan
las luchas campesinas!
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