Llegamos a este 1º de mayo, día
internacional de la clase trabajadora, con una tasa de paro que sigue
afectando a cada uno de dos menores de 25 años, con salarios que
continúan disminuyendo y con el drama de la emigración como única
salida para muchos/as jóvenes.
La juventud somos quienes tenemos una
mayor tasa de desempleo, y cuando tenemos trabajo nos vemos abocados
a la temporalidad y los bajos salarios o simplemente trabajar de
forma gratuita mediante contratos de prácticas y becas. Y si
hablamos de las mujeres trabajadoras vemos como la brecha salarial
hace que todavía cobremos menos por el mismo salario o que la mayoría
de nuestros empleos sean a tiempo parcial.
Consecuencia de esta situación de
precariedad, temporalidad y presiones en el trabajo es el aumento de
los accidentes laborales, que se llevan cientos de vidas cada año.
Y mientras una minoría se enriquece a nuestra costa la juventud
trabajadora nos encontramos sin expectativas de futuro y sin poder
emanciparnos ni tener un proyecto de vida.
Si nos niegan el futuro es nuestro
deber luchar por cambiar el presente, porque si es posible tener una
vida digna donde el pan, techo y trabajo sean derechos garantizados
para cualquier persona.
Nuestra mayor arma sigue siendo la
organización y la unidad. Es hora de que pasemos a la ofensiva, de
que en cada empresa, en cada centro de trabajo hagamos una trinchera
por el mantenimiento de los empleos y contra la vulneracion de
nuestros derechos. Tenemos numerosos ejemplos de luchas, que con
unidad y tenacidad han conseguido victorias. Ese es el camino que
debemos seguir.
Frente a un sistema corrupto que nos
niega el futuro la juventud tiene el deber de lucha por su futuro,
por una vida con dignidad que solo se puede entender en clave
republicana y socialista.
No es el momento de resignarse ni de
quedarse en casa si no de aumentar la movilización y el conflicto
social. Los/as jóvenes somos uno de los pilares del cambio y con el
conjunto de la clase trabajadora debemos pasar a la ofensiva. Es la
hora de que avancemos.
¡Viva la clase obrera!
¡Viva el 1º de Mayo!
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