Compañeras,
amigos, camaradas:
Se
dice que hoy celebramos Villalar, y es cierto que es la fiesta de
Castilla y León, la fiesta oficial. Pero en realidad no hay nada que
celebrar.
Cuando
se inventó una comunidad autónoma llamada Castilla y León, dijeron
que se abría una nueva era. Pero en realidad lo que se iniciaba era
un nuevo régimen destinado a proteger los intereses económicos de
la burguesía del Franquismo bajo una apariencia de falsa democracia.
¡La
juventud no hemos tenido voz ni voto a la hora de decidir si
queríamos este régimen o queríamos otro! ¡A la juventud no se nos
ha permitido elegir si queríamos seguir con el criminal capitalismo
o preferíamos una alternativa!
Es
hora de que los y las jóvenes tengamos voz y voto. Es hora de que
podamos decidir.
Para
la juventud, el actual régimen es un castigo del que no nos hemos
hecho merecedores y merecedoras.
Para
la juventud, la monarquía y el Régimen del 78 son una burla frente
a las ansias de libertad y de autodeterminación de nuestro destino.
Para
la juventud, Castilla y León, esa comunidad autónoma de la que los
capitalistas hoy alardean, no es sino sinónimo de paro, precariedad
y despoblación.
Para
la juventud, el capitalismo equivale a robarnos el futuro, a
condenarnos a una vida de miseria sin presente ni porvenir.
Las
Juventudes Comunistas no nos resignamos a esta realidad.
Para
nosotros y nosotras llamarnos “comunistas” es motivo de orgullo,
no nos avergonzamos de ello. Porque como comunistas hacemos nuestros
múltiples legados.
Nuestro
es el legado de las Juventudes Socialistas Unificadas, que
combatieron el fascismo y lucharon por la libertad.
Nuestro
es el legado de Dolores, esa Pasionaria que dedicó toda su vida y su
fuerza y dignidad de mujer libre a luchar por la clase obrera.
Nuestro
es el legado de las víctimas de Vitoria y de Atocha, de todas
aquellas personas que han sufrido y muerto por la única causa que
vale la pena, que es la de la dignidad, la del compromiso de clase y
la del combate contra la opresión en todas sus facetas.
Camaradas,
compañeros, compañeras: la lucha no es fácil, perdimos y
perderemos muchas batallas. Pero vale la pena seguir. Pocas cosas hay
mejores para una persona joven que ser comunista; que enarbolar la
bandera de la justicia social y luchar contra el sistema más
criminal que ha existido nunca.
Frente
al exilio, permaneceremos.
Frente
a la represión, resistiremos.
Frente
al capitalismo, combatiremos.
La
juventud con el Partido Comunista estará siempre a la ofensiva.
¡Viva
la Juventud Comunista!
¡Viva
el Partido Comunista!
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